En la actualidad se generan toneladas de residuos electrónicos y su volumen sigue creciendo cada año. La obsolescencia, el incremento de su uso en cualquier ámbito y el avance incesante de la tecnología son algunas de las causas. Solo con echar un vistazo a nuestro alrededor es posible localizar más de 5 dispositivos de este tipo: móvil, smartwatch, altavoz, auriculares, ordenador, asistente de voz… ¿Somos conscientes del impacto medioambiental que tienen estos aparatos cuando nos deshacemos de ellos? No, pero, por suerte, son cada vez más las empresas y gobiernos que trabajan para acabar con el problema de los residuos electrónicos. La solución para reducir este riesgo sobre la salud y para hacer un uso responsable de los recursos naturales pasa por aplicar una gestión de residuos inteligente.
Por qué se generan tantos residuos electrónicos
Los residuos electrónicos forman parte de los RAEE, que también integran a los aparatos eléctricos de todo tipo. Además de la facilidad de acceso a la tecnología durante esta última década, son varias las causas que generan basura electrónica:
- La obsolescencia (programada y percibida). Si bien estos conceptos hacen referencia a una fecha en la que finalizan las prestaciones de un producto, sus protagonistas son diferentes. Diferencia entre obsolescencia programada y obsolescencia percibida: en la programada, son los fabricantes quienes deciden cuál es la caducidad con el fin de incrementar el consumo. En el segundo caso, son los propios usuarios los que consideran anticuada su funcionalidad pese a ser ésta todavía óptima. De esta forma, el producto termina siendo un residuo electrónico antes de tiempo.
- Imagen de prestigio social. Los productos tecnológicos de última generación identifican socialmente a quien los posee. Este hecho genera un ciclo infinito de consumo por alcanzar las últimas actualizaciones y, por ende, de chatarra tecnológica.
- Tecnologización de la vida. Cualquier ámbito de actividad humana actual conlleva la utilización de aparatos electrónicos y sus consiguientes residuos. Esta tecnologización es, además, considerada como más fiable a ojos de los usuarios que utilizar métodos tradicionales anteriormente también confiables.
- Mala gestión de los residuos electrónicos (RAEE). Este punto es uno de los más importantes pues puede considerarse indistintamente como causa y efecto de los residuos electrónicos. El origen de los problemas de este tipo de residuos tiene relación con su abandono y pérdida de oportunidades de valorización. Depositar la basura electrónica en un punto limpio o trasladarla directamente a una planta de reciclaje aseguran el aprovechamiento de los residuos electrónicos y evita su vertido irregular.
Consecuencias de la contaminación por basura electrónica
Las consecuencias de la contaminación por basura electrónica son múltiples. Por una parte, afectan directa y negativamente a ámbitos tan importantes como la salud y el ecosistema. La basura tecnológica en el agua, la tierra o el aire libera metales pesados y gases tóxicos de importantes consecuencias para el medioambiente. Algunos de estos elementos son el mercurio, plomo, cromo, aluminio o cadmio que, al contactar con los seres vivos, producen trastornos graves e incluso la muerte.
Por otro lado, no reciclar los residuos electrónicos tiene efectos más insidiosos, cuyos resultados está en las desigualdades sociales. La recogida y compraventa informal de este tipo de residuos pervive durante generaciones como forma de subsistencia de comunidades con un nivel adquisitivo desfavorecido. Un plan de gestión de los residuos electrónicos por parte de empresas y administraciones públicas, por el contrario, es una oportunidad de empleo digno y regulado.
¿Cómo deben gestionarse y reciclarse los residuos electrónicos?
En LEANpio contamos con un amplio número de soluciones que aportan un valor añadido a las empresas, quienes ven cómo reducen su huella de CO2 gracias un correcto tratamiento de los residuos electrónicos y electrodomésticos.
Entre nuestras prensas de residuos, se encuentra la prensa LCC V65, diseñada para el reciclaje de residuos electrónicos y otros RAEE. Con una fuerza de prensado de hasta 65 toneladas, esta compactadora de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se integra a la perfección en las plantas de fabricación de productos electrónicos, plantas de reciclaje especializadas y puntos limpios, principalmente. Gracias a sus reducidas dimensiones y a su alta rentabilidad, estas empresas –productoras o gestoras de RAEE– consiguen optimizar recursos y minimizar emisiones contaminantes.