Empresas y economía circular
La circularidad de la economía es un concepto que poco a poco está formando parte de nuestra vida. Todos los días encontramos noticias relacionadas con este nuevo término. En estas últimas horas, por ejemplo, hemos conocido el anuncio de la UE sobre la fecha en que Europa dejará de emplear combustibles fósiles, que se ha fijado en 2050.
Precisamente, CEPS, que es un Comité Institucional vinculado a la Unión Europea, acaba de publicar un informe acerca de las limitaciones y problemáticas que tienen las empresas y gobiernos europeos en relación a la implantación de modelos económicos sostenibles. El estudio se realizó durante los años 2016 y 2017 y ahora se han conocido los resultados y valoraciones.
Las empresas e instituciones se enfrentan a una serie de retos a los que deberán ir haciendo frente, relacionados con materias financieras y legislativas.
Implicaciones financieras
En Europa y el resto del mundo estamos presenciando ya un cambio profundo en la tradicional estructura de las empresas. Los nuevos modelos de negocio online, por ejemplo, implican que las empresas vendan directamente a los clientes o usuarios, sin necesidad de contar con empresas que hagan de intermediarias.
Esto provoca una latente falta de colaboración entre empresas, que parecen estar enfocadas de forma exclusiva en satisfacer las necesidades de sus clientes sin necesidad de tener en cuenta posibles sinergias o colaboraciones con otras empresas. Por lo tanto, la competencia es más agresiva en todas las fases del proceso de producción, incluyendo la propia cadena de suministro.
Otro dato importante es la conocida como obsolescencia programada. Los fabricantes siguen programando, de forma deliberada, la vida útil de sus productos, por lo que aquellas empresas sostenibles que quieran desarrollar productos duraderos en el tiempo, se encuentran con el problema de que no pueden planificar la garantía de sus productos, ya que no hay proveedores que les ofrezcan recambios o piezas duraderas. Es lo que sucede con varias empresas circulares de telefonía, que son incapaces de desarrollar un modelo de teléfono muy duradero y sostenible hasta que no encuentren a fabricantes que tengan el compromiso de ofrecer piezas con una vida útil amplia.
Esto nos lleva, lógicamente, a hablar de números. Y es que muchas entidades financieras no quieren apostar todavía por este tipo de nuevas empresas preocupadas por la economía sostenible, aunque es cierto que algunas fuentes de financiación ya asumen su parte de responsabilidad en el proceso, y serán éstas las que tengan que ejercer de motor para estos nuevos modelos de negocio.
A grandes rasgos, lo que este estudio propone es una mayor transversalidad en los modelos económicos, para que tanto las empresas como las fuentes de financiación, avancen hacia un mismo objetivo común, esto es, una economía circular y sostenible en la que obtengamos, por ejemplo, productos más duraderos, realizados con materiales reutilizables y que no generen residuos que sean inservibles. Al fin y al cabo, la propia naturaleza lleva aplicando este mismo principio desde el origen de los tiempos.
Implicaciones legales
En cuanto al tema de la legislación actual y futura, el panorama se hace más enrevesado y complejo. Y es que la Unión Europea, con el Objetivo 2020 fijado en el horizonte, deberá ir solventando diversas dificultades derivadas de algunos retos en materia de legislación.
Como punto de partida tenemos la idea de que las nuevas legislaciones basadas en la economía circular, deberán ser de obligado cumplimiento en todos los estados miembros, lo que conlleva una gran dificultad debido a la amplia diversidad que encontramos en la idiosincrasia propia de cada país.
En términos de medio ambiente, reciclaje y gestión de residuos, hay varios puntos calientes que se deberán ir solventando. Por ejemplo, en lo que se refiere al traslado de residuos. Una de las primeras medidas que se aplicarán, será la de establecer una política aduanera común a todos los países pertenecientes a la Unión. De este modo, se podrá legislar y controlar las exportaciones ilegales de residuos que a día de hoy todavía se producen.
En este punto, el compostaje siempre aparece como una de las soluciones y avances que la Unión Europea deberá desarrollar al máximo. El compostaje es una medida que acabará con este tráfico de residuos y que fomentara una mejora inmediata del medio ambiente, ya que no se estará contaminando ni emitiendo CO2.
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Otro punto caliente es, sin duda, el relacionado con el tratamiento de sustancias peligrosas. LEANpio, lleva trabajando desde hace años en las bolsas de basura Longopac, que permiten una correcta gestión de este tipo de materiales de una forma segura y eficiente, aportando a las empresas una solución que permite reducir costes y mejorar los beneficios. Longopac es una bolsa de basura infinita, de la que se aprovecha todo el material y que, además, permite que los trabajadores no tengan que entrar en contacto con este tipo de residuos. Descubre más sobre las bolsas de basura para reciclaje Longopac
Lo que está claro es que la economía circular es un hecho en nuestros días, y recae en todos la responsabilidad de adaptarnos a estos nuevos modelos de producción sostenibles. LEANpio, ofrece soluciones reales para todo tipo de empresas. Pide información sin compromiso a través de nuestro correo electrónico leanpio@leanpio.com o a través del teléfono 976 753 000.