¿Qué es la fiscalidad verde en España?
España permanece a la cola en temas de fiscalidad verde, según recientes estudios publicados por Funcas. Pero ¿Qué es la fiscalidad verde?
La fiscalidad verde está formada por aquellos tipos de impuestos y gravámenes que se fijan sobre determinadas normativas relacionadas con el medio ambiente, como por ejemplo el uso de combustibles, residuos, contaminación, energías renovables, etc.
España, que por muchos es considerada una sociedad con bastante conciencia ambiental, sigue a la cola de Europa en lo que se refiere a este tipo de gravámenes. La fiscalidad verde es una herramienta útil y fundamental en cualquier tipo de gobierno, ya que por un lado consigue reducir el déficit con una nueva fuente de ingresos, y por otro, porque con este tipo de sanciones e impuestos se consigue mejorar el medio ambiente y asegurar una economía sostenible y un mayor respeto por el medio ambiente.
Por ejemplo, recientes estudios aseguran que un paquete fiscal basado en la protección del medio ambiente y el desarrollo de economías sostenibles, recaudaría unos trece mil millones de euros aproximadamente, lo que supondría un 1.2% de nuestro PIB. De este modo se mejoraría la recaudación fiscal, incidiendo a su vez en aspectos fundamentales como la eficiencia energética, las energías renovables, la reducción del consumo de carbono, mejora de la competitividad.
La legislación en materia impositiva debería abarcar tres áreas de actuación principalmente:
- Definir el objeto que debe ser gravado: tipo de energías, tipo de infraestructuras, prácticas ambientales, etc
- Delimitar las competencias autonómicas para estos nuevos gravámenes
- Fijar las bases imponibles para esta nueva fiscalidad verde
Esto que puede parecer todavía un aspecto demasiado básico, todavía no está regulado ni especificado en nuestro país. El mismo estudio de Funcas establece que nuestro país solo tiene un porcentaje de impuestos verdes del 1,8% de nuestro PIB, lo que está muy por debajo de la media europea, que es de un 2,5%.
La UE ha realizado numerosas recomendaciones a España para que comience a realizar este tipo de fiscalidad, pero España sólo se la ha planteado para momentos concretos en los que el déficit sea inferior a la previsión marcada en los presupuestos, esto sucedió cuando España anunció un gravamen para bebidas azucaradas y determinados impuestos verdes, peroi que finalmente no se materializaron al no producirse dicha desviación.
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