Las ciudades sostenibles y la gestión de residuos son conceptos claramente relacionados. Esto se debe a que los núcleos urbanos desempeñan un papel fundamental en la creación y mantenimiento de estrategias que mejoren la eficiencia energética y la sostenibilidad ambiental. Se estima que al año se generan más de 2000 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos y que estas cifras se incrementarán aproximadamente un 50% en el plazo de 25 años. Reducir el impacto que esto provoca es posible gracias a acciones que vinculan a las ciudades sostenibles con la gestión de los residuos sólidos.
Gestión de residuos urbanos
Las ciudades de todo el mundo se enfrentan a importantes desafíos respecto a su limpieza y sostenibilidad ambiental. Los esfuerzos se centran en reducir la emisión de gases de efecto invernadero, contribuir a la economía circular y satisfacer la creciente demanda de energía. La gestión residuos sólidos urbanos representa una forma creativa y eficaz de abordar estas cuestiones complejas. Para alcanzar este reto, existe en España una red de ciudades sostenibles como las que forman parte de la Red Española de Ciudades Saludables. Entre otras funciones, esta federación de ciudades sostenibles promueve la salud ciudadana a través de nuevos modelos de sostenibilidad.
Uno de los factores que contribuye a una mejor gestión de los residuos sólidos urbanos es la optimización de su recolección. Las smart cities o ciudades inteligentes abordan de forma global la recogida, tratamiento y reutilización de los desechos. Sus estrategias están siendo determinantes en cuanto a una mejora de su logística de residuos, servicio y una clara reducción de costes. Entre algunos ejemplos de sistemas de recolección inteligentes se encuentran los sensores de residuos o dispositivos IoT que permiten conocer a tiempo real el llenado de los contenedores, papeleras compactadoras solares, contenedores soterrados o sistemas de transporte geolocalizados.
Trazabilidad de residuos
La trazabilidad de residuos tiene como finalidad conocer el origen, el lugar de recogida, la trayectoria en su traslado, su tratamiento y almacenamiento. Los procedimientos que dan forma a este histórico sirven para determinar su valor y gestión. La trazabilidad de residuos cobra especial relevancia en la gestión de los residuos peligrosos, ya que con ella se garantiza su tratamiento de forma adecuada.
Existen diversos sistemas inteligentes de trazabilidad de residuos que permiten hacer un seguimiento en tiempo real y que favorecen la documentación de los mismos. Estos sistemas inteligentes consisten en etiquetas electrónicas como son los códigos de barras o códigos QR, los sensores volumétricos de llenado de contenedores, con tecnología IoT, y los GPS, entre otros. El control de trazabilidad es, pues, fundamental para garantizar la seguridad y la eficacia de la gestión de residuos sólidos. En España, un Real Decreto de junio de 2020 del Ministerio para la Transición Ecológica establece un sistema electrónico común de información en todo el territorio que unifique todo el proceso de trazabilidad de los residuos.
Ejemplos de ciudades sostenibles y gestión de residuos sólidos
Las ciudades sostenibles y la gestión de residuos sólidos tienen un modelo en la ciudad de Singapur, de 5´5 millones de habitantes. La incineración de sus residuos ha reducido su volumen casi por totalidad y alargado la vida útil de los vertederos, medida especialmente positiva en la capital de este estado insular que tiene una extensión de poco más de 700 km². Mientras que en otros lugares la incineración de basura provoca grandes problemas de contaminación, en Singapur se elimina parte de los gases de la combustión y con ella se crea 2.500 kWh de energía. Por su parte, San Francisco es la ciudad más sostenible de Estados Unidos, la cual con su programa integral de desechos y reciclaje ha logrado reducir las emisiones de gases invernadero en un 12% con respecto a los niveles de la última década del siglo XX.
Mucho más cerca, nos encontramos el modelo de Madrid. La capital española ha decidido ponerse manos a la obra y, en 2020, realizó una prueba piloto con 250 sensores de residuos inteligentes Nordsense, instalados en contenedores de papel y cartón. Los resultados mostraron un enorme potencial para prevenir el desbordamiento de residuos y optimizar la recogida de residuos de la ciudad.